ANÁLISIS CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL (1ª PARTE) ©

ANÁLISIS LITERARIO DE CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL DE MARIO VARGAS LLOSA
Por :Beatriz Gómez B, Beatriz Monsalve y Jorge Gómez

Vargas Llosa, Mario (1972). Conversación en La catedral. Barcelona: Círculo de lectores   S. A .

(También se puede leer en texto digital clic   Las páginas citadas corresponden a la versión de Círculo de Lectores)


INTRODUCCIÓN
    Lo que ha movido a todos los escritores del Boom es la innovación. ¿En qué innovaron?
En el estilo, o sea,  la forma de narrar: su lenguaje, su composición. En el tratamiento del punto de vista. Para este caso, tercera persona omnisciente (que todo lo ve). También, en el tratamiento del tiempo y del espacio: en el tiempo: desorden temporal y en el espacio, puntillismo: nombramiento de muchos espacios; yuxtaposición y, como hemos visto en los otros autores, todo esto tiene un trasfondo: la denuncia política.
   Lo que encontramos entre otras cosas en el estilo de Vargas Llosa, es una mezcla o combinación:  narración,  la descripción con el pensamiento de los personajes, empleando estilos directo o indirecto.
    A modo de hipótesis: Santiago – en búsqueda de su mascota llegó  a la perrera, se encontró con un viejo conocido (Ambrosio) y en La Catedral, un bar de mala muerte, se emborracharon; y conversaron cuatro horas. Entonces, ¿qué hace Vargas Llosa? Desarrollar un texto donde nos va a dar los detalles de esa conversación introduciendo personajes, situaciones, eventos los cuales liga sin ninguna transición o aclaración (aparentemente). El trabajo de hilar los acontecimientos le queda al lector. Toda la novela son “retazos” de la conversación en La Catedral.
    Lo mismo sucede con otros personajes que mezclan conversaciones o pensamientos actuales con eventos de su pasado: (p.27), (p.35), (p.45).
En medio de todo esto, el autor va colocando sus puntadas sobre el marco histórico: el Apra (Alianza Popular Revolucionaria Americana); la dictadura “democrática” de Odría y toda la corrupción que la rodeó, el levantamiento de Arequipa 21, 22 y 23 de diciembre de 1955. Las luchas universitarias contra la dictadura.
    Otro aspecto particular en estos escritos es la manera como combina un lenguaje más o menos homogéneo con los americanismos, en este caso peruanismos y dichos o refranes populares.
    También es común  el uso de tropos (nombrar una cosa por otra modificando el sentido) principalmente la metonimia (cerveza, cigarrillos, bebidas las nombra por su marca).
     En Vargas Llosa es característica  la recarga de adjetivos y verbos yuxtapuestos (p.21).

A.    ELEMENTOS DE FORMA

1.    TÍTULO
    El título de esta obra cumple con las características de:
  • ·         Llamar la atención porque no está dentro de los títulos características de Vargas Llosa.
  • ·         Expresa no tanto el tema central pero sí, en cierta medida, la estructura del texto.
  • ·         Atrae al lector por la misma razón que se dijo antes.
  •           Despierta la curiosidad porque a las catedrales no se va a conversar sino a orar. A no ser que la conversación sea con Dios lo cual, por supuesto, despista más al lector. En síntesis, después de leer  las primeras páginas de la obra el lector concluye que el título encubre una realidad muy diferente: La Catedral no es ninguna catedral sino un bar de mala muerte y la conversación no es un simple diálogo sino que se convierte en uno de los ejes que orienta  todo el texto. Igualmente, la conversación es un modo de evocar los ocho años de gobierno de Manuel Arturo Odría a través muchos personajes que configuran la historia política del Perú, .

2.    ORGANIZACIÓN DEL TEXTO
a.    Capítulos
        El texto no está organizado en capítulos como tradicionalmente se acostumbra, sino en lo que el autor denominó  libros: Uno – dos- tres – cuatro...  y estos a su vez los divide en acápites (subtítulo de un distinto título) separados con numeración romana: I – II – III  -IV...     La estructura de cada libro es más o menos diferente.Los acápites a su vez, están conformados por escenas que aparentemente no tienen continuidad. Sin embargo, se puede afirmar que al leer con atención se encuentra que la ilación o continuidad se va dando, “a saltos”, entreverada. O sea, son combinaciones de múltiples momentos, tal como los entiende Bergson. Al leer estas escenas se nos vienen a la memoria los retablos de los grabadores medievales o saltos de tomas que hace el cine porque se indican acciones o hechos que aparentemente parecen desvinculados pero que sumados forman una totalidad que es la obra literaria o artística.
      Mientras en el libro Uno es característica la yuxtaposición, el libro Dos aparece un poco más coordinado. Da la impresión que los hechos y situaciones mezcladas en el libro Uno fueran una especie de prolepsis  o avances que se van detallando en los libros siguientes.O también puede decirse que el Uno presenta hechos cumplidos (efectos) y después, en los otros libros se detallan las causas (o procesos) anteriores al fenómeno: caso de La Musa, la toma de la universidad, los andares de Trifulcio, los asuntos  de Ambrosio, el ingreso de Santiago a La Crónica; las desavenencias de Fermín y Cayo Bustamante. 
     Todos estos SUCESOS son apenas insinuados en el libro uno (lo cual desconcierta al lector),  pero se irán ampliando o especificando en los libros posteriores.  El aparente desorden temporal se va volviendo un tiempo hacia atrás. Podría decirse que los eventos (según la temporalidad de la obra en el libro uno) como el encuentro en La Catedral y la conversación con Norwin y la alusión a Carlitos, fueran los hilos  de una gran madeja que luego se va desenrollando en múltiples hilos conductores: Santiago (Zavalita), don Fermín, Zoila, La Teté, Popeye, Arévalo, Chispas, Amalia, Cayo Bustamante, Landa, el coronel Espitia, el capitán Paredes, Ludovico, Hipólito, Trifulcio, la negra Tomasa, la Musa (Hortensia), Queta, Trinidad, Aida, Jacobo, Héctor, Dr. Alcibíades, Llaque, Odría (personaje en ausencia), Haya de la Torre (personaje en ausencia).O podría pensarse también en una gran telaraña cuyo núcleo es la dictadura de Odría,  de donde salen los hilos que tejen los simpatizantes y opositores del régimen.   En síntesis, la obra de Vargas Llosa tiene una organización textual o arquitectura tan complicada como las catedrales góticas.
   
     b.    Recursos expresivos

La novela se inicia con un epígrafe, dedicatoria en las que Vargas Llosa se autodenomina como el sastrecillo Valiente… y un epígrafe formado por una frase de Balzac que, además plantea toda una teoría de la novela cuando dice que “la novela es la historia privada de las naciones”. Una teoría de la novela o teoría literaria que, por oposición, nos hace recordar las viejas disputas de la fenomenología ( Husserl) y el existencialismo (Heidegger) sobre si la novela era producto de la imaginación y la intuición del autor o era un producto social. Y si a la hora de la interpretación bastaba con decir que en la novela solo se reflejaba el sentir  del autor o si la obra había que interpretarla también a la luz de los hechos sociales.

Esto simplemente plantea la pregunta de si el autor y su obra  son  productos históricos  o ahistóricos. Para la teoría literaria moderna en realidad hay que mirar los dos planos: el plano histórico o sea el trasfondo real, histórico de la novela o de la obra y el plano narrativo o sea ficticio que es invención o ideación del escritor.

En cuanto a la distribución en párrafos, se encuentran algunos muy extensos, sin punto aparte. Se podría volver a la comparación con los retablos medievales que hacen referencia a escenas muy intensas y un núcleo temático muy amplio pero coherente, que separarlos  con punto aparte  sería desmembrar o quebrar la unidad central del párrafo.

Si bien no hay una separación con punto aparte, lo que si hace el narrador es cambiar constantemente los puntos de vista como podemos ver por ejemplo en las p.p. 299 – 302.

Sin embargo, se puede decir que es la analepsis   el cronotopo predominante en esta obra partiendo de la base de que es una conversación. Una conversación por supuesto está dedicada a retomar eventos del pasado. Como se puede ver por ejemplo en el diálogo discontinuo que sostienen Santiago y Ambrosio el cual empieza en la p 47:
― Y yo también me casé -dice Santiago-. ¿Y tú no te has casado?
―Usted también niño, siendo tan joven? -Dice Ambrosio.
Este dialogo es retomado en la p 51:
―No llegamos a casarnos pero yo también tuve mi mujer ― dice Ambrosio.

También abundan las elipsis. Todo esto da la idea de economía narrativa  y hace de su composición un estilo dinámico, aunque un poco difícil para la lectura y la comprensión;  es decir, obliga a la relectura de los párrafos o del texto en general. Como sucede en la p.178 de la edición Círculo de Lectores de 1972 o en la p.253: Ella el hospital de policía, el óvalo de Magdalena vieja. Por medio de la elipsis el autor nos está queriendo decir que ella está viendo el hospital mientras Ambrosio está haciéndole el reclamo.

Utiliza además la prolepsis: elemento cronotópico  que consiste en insinuar contenidos que se van a detallar o concretar más adelante: Que hablemos con franqueza de la Musa, de mi papá (p.24). Está aludiendo a un personaje que será fundamental en el desarrollo de la obra. Me voy para que no se arrepienta… sépase que no se merecía el padre que tuvo, sépaselo (p.24). Está haciendo alusión a conductas del hijo respecto al padre las cuales se especificaran más adelante. 
     
La adjetivación: El uso de adjetivos es también un recurso expresivo muy particular en esta obra y en general en la obra de Vargas Llosa. Y los usa en diferentes combinaciones con relación al sustantivo:
·         Sustantivo más adjetivo
·         Adjetivo más sustantivo
·         Sustantivo más uno, dos o tres adjetivos o viceversa.
En esto Vargas Llosa se sale completamente de la orientación que daba Azorín sobre el uso del adjetivo. El decía que con un adjetivo bastaba.

La adjetivación hay que entenderla en dos sentidos:
1.  El uso excesivo de adjetivos como recurso aclaratorio, aunque no agrega nada al significado, por ejemplo: el niño es bonito y lindo. 
2.    La adjetivación como técnica expresiva para aumentar, aclarar el significado, por ejemplo: P .13: pobrecito. Pobre animalito.

La semiotización: las ideas se pueden expresar en muchas formas, o sea, el lenguaje ofrece diferentes mecanismos para expresar un mismo contenido: Juan murió. Juan se fue a mejor vida. Juan salió de este mundo. Juan se fue. Por ejemplo p. 13: se bajaron dos negros con cara de bandidos, de forajidos, de lo peor.
·         Negro es un adjetivo que aquí se convierte en sustantivo.
·         Bandido es un sustantivo que se vuelve adjetivo.
·         Cara de bandido constituye un tropo que aquí es una metáfora.
·         De lo peor es un grado del adjetivo. Un grado superlativo del adjetivo malo.
p. 14: apagados, remotos gruñidos. Gruñidos es el sustantivo precedido de dos adjetivos: apagado y remoto (topo).
p15: su voz desganada (adjetivo), soñolienta (adjetivo) como sus ojos (sustantivo y símil), amarga (adjetivo) como los pliegues de su boca (símil).
P 149: no fui un alumno modelo (sustantivo convertido en adjetivo), ni un hijo modelo, ni un abogado modelo”. Y toda la cláusula es una anáfora.
P 270: hipócrita, cobarde, maldito mentiroso (adjetivos yuxtapuestos).
Otro recurso  expresivo característico en esta obra es el uso de la yuxtaposición (amontonar), yuxtaponer es juntar elementos morfológicos (sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios, artículos, preposiciones) usando solamente comas para separar, es decir, no hay conectores, por ejemplo: p22: hablan, callan, beben, fuman. P 110: la revolución, la amistad, los celos, la envidia todo amasado.


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c.    Figuras literarias:

Elipsis Es una figura literaria que consiste en la omisión de un término dentro de la proposición  u oración. Si lo que se omite es un sustantivo se llama elipsis nominal; si es el verbo, verbal; si es toda una frase, proposicional. La elipsis es un recurso de economía textual que se emplea mucho en la interacción comunicativa (conversación). 

Para que la elipsis tenga mejor comprensión se requiere el conocimiento del contexto,  ya que la elipsis es un elemento de la cohesión, la cual a su vez, hace parte de la semántica; es decir, de la significación. En ese sentido la elipsis es más comprensible en la forma escrita porque los elementos del contexto ya se han mencionado en alguna parte. Ejemplo: Un grupo de estudiantes hizo una monografía, sobre Shakespeare. Otro, sobre Cervantes.
En la p.20: y se limpia la mano, el sudor: el tiempo se lo tragaba a uno sin darse cuenta, niño. Ahí hay una elipsis proposicional (los dos puntos remplazan a dijo Ambrosio).
p.20: Piensa: ¿porque no me voy?  Piensa: tengo que irme, ahí hay una elipsis nominal.

La elipsis es un elemento fundamental en el estilo de Vargas Llosa y en la construcción de lo que se denomina estilo indirecto libre

En la narración encontramos inicialmente  algunos tropos especialmente la metonimia (trasfiere el significado de una cosa a otra  basándose en una relación de contigüidad, proximidad o sucesión). Por ejemplo:  manoseando un chilcaso. (p.9).  Pide una cristal helada (p.9). ¿Qué darían en el Colina, en el Montecarlo, en el Marsano? (p.12). Esos amarillos que reciben sueldo del gobierno (p.87).

Otro de los tropos utilizado por el narrador es la metáfora, por ejemplo: dientes de caballo (p.17). Ésas son piernas de araña (p.17). Las casitas del duende tienen iluminadas las ventanas (p.25).

Ironía: Quién no es maricón en estos tiempos, quién no se droga ahora en Lima dijo el senador… nos estamos civilizando (p.165). Él los mata a palos y tú a editoriales (p. 25)  También una casa con piano, mi señor (p.343).

Símil: Una camisa de cuello alto que se enrosca en el cuello como una cuerda (p.21).  Una fotografía de Odría envuelto en la banda presidencial como un bebe (p.188).  La enredadera que trepaba por la fachada como un ejército de arañas (p.201). Hipólito iba como un ratón de un grupo a otro (p. 288). Pezones escamosos y sombríos como lunares (p.338).  Viendo surgir letras como jeroglíficos (p.339). La vida es como un columpio, se sube y se baja (p.340). Una semana con Becerrita  es peor que coger un chancro (p.345). Se paseaba por el saloncito con una mano en el bolsillo, como un malo de película mexicana (p.351).

Tanto los tropos como el símil son elementos que le dan mucha plasticidad al texto, lo mismo que vivacidad y verosimilitud o credibilidad, además, refuerzan la semántica y la semiótica de la narración. 

A veces hay hipérboles (aumento o disminución exageradas  de lo que se está hablando) por ejemplo: Desde antes de entrar a San Marcos, cinco o seis años que ya entonces parecían 100 ahora mil (p.367).

También esporádicamente utiliza refranes populares que a veces tienen forma de elipsis, por ejemplo: Al enemigo que huye, puente de plata, don Cayo (p.399). También se incluyen dichos populares, por ejemplo: Carlitos no da pie con bola (p.477).

La perífrasis: (rodeo con palabras cuando podría decirse con una sola), por ejemplo: ¿El pez gordo está yendo a su casa? (p.380), el pez gordo se refiere a Fermín Zavala. 

     d.     Estilo
Generalmente los primeros párrafos de  un texto narrativo nos dan idea de cómo manejará su estilo el autor. E igualmente, cúal será el tenor y los contenidos de conciencia de los personajes  y del autor mismo. Lo que hace Vargas Llosa es plasmar de una manera muy novedosa el estilo indirecto libre.

Aclaremos: Estilo directo    es cuando el narrador cita textual o literalmente las palabras de sus personajes. Para este estilo se utilizan las comillas, o guiones de diálogo o dos puntos,  por ejemplo:
¿También le tienes miedo a la señora?―dijo Amalia, sería. (p. 259)
Don Fermín me mandó hacer unos encargos y me escapé para verte un ratito―dijo él, sonriéndole, como si no hubiera oído―. Dejé el carro a la vuelta. Ojalá la que la señora Hortensia no lo reconozca. (p.259).

Estilo indirecto El narrador se vale de verbos, “materiales” o de expresión para indicar las palabras del personaje como: “el dijo”, “el contó”, “el expreso” seguidos del relativo que. 
Ejemplos: el dijo: “estoy contento”  es un estilo directo. El dijo que estaba contento estilo indirecto.
El dijo: "vendré” estilo directo. El dijo que vendría, estilo indirecto.

Estilo indirecto libre En él se combinan estas dos formas anteriores, muchas veces sin emplear comillas, o guiones, o los dos puntos, o los verbos que hemos llamado “materiales” o de expresión o dicción. Para este estilo es muy importante la elipsis.

Este estilo   indirecto libre será predominante en esta novela de Vargas Llosa. Así lo enuncia el autor en el primer párrafo de esta obra donde sugiere no solo el estilo, sino también la temática.

Este estilo puede hacer difícil la lectura del texto pero, paradójicamente, acerca más el narrador al lector y le da más velocidad, sin contar con los efectos de economía expresiva.

Se puede hacer el ejercicio de cómo narraría ese primer párrafo un narrador tradicional sin hacer elipsis y empleando estilo directo:  (en el primer párrafo del texto)
·         Se suprimió el diario (La Crónica)
·         Ve automóviles
·         Hay mediodía gris
·         Jodido nos da el sentido no solo  de pesimismo sino de la manera como se va a desenvolver el resto de la narración, donde el Perú se ha jodido  por la corrupción, tráfico de influencias, el servilismo y el abuso de poder. 
·         De la avenida Wilson
·         Andar la calle
·         Avenida
·         Camina con las manos en el bolsillo

Por el estilo de Vargas Llosa simultáneamente leemos hacia atrás y hacia adelante. Esta complicada actividad se realiza al mismo tiempo en muchos niveles, pues el texto tiene “fondos” y “primeros planos”, diversos puntos de vista narrativos, y más de un estrato de significados, entre los cuales nos movemos sin cesar.


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